Por Javier Andrade Cárdenas
Periodista

Para quienes trabajamos en el periodismo deportivo o al menos los que lo intentamos, hemos comprobado que, a grandes eventos, mejores coberturas informativas se pueden obtener para los intereses de la gran masa (rating) y también cuidando de lo monetario.
Sabemos que el fútbol ocupa los principales segmentos entre las páginas deportivas y en los portales digitales, por una cuestión histórica, popular y que para los medios resulta ser una realidad insoslayable que cumplir.
Pero en los momentos actuales, donde el deporte del balón es más portada con los fracasos de la Roja en todos sus niveles y la violencia en los estadios que se ha tornado incontrolable y hasta peligrosa, asoman disciplinas de más bajo perfil, que no manejan recursos siderales como el “deporte rey” y que, no obstante, trabajan desde el silencio para brillar con luz propia y con reconocimientos internacionales desde hace más de una década.
Si hace dos años lo fueron los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y el éxito comprobado que tuvo, hoy la experiencia de los deportes como el remo, con sus ocho medallas de oro y el ciclismo con dos preseas doradas y con presencia de destacados jóvenes exponentes locales especialmente, junto a la enseñanza que nos ha dejado el atletismo, el canotaje, el básquet 3×3 e incluso el tiro, todos alcanzados en estos Juegos Panamericanos Junior, nos ha terminado mostrando que ha surgido otra calidad de deportistas, con sueños y con un enfoque distinto nacido desde la cuna y que se ha cristalizado con resultados que celebramos, sumado a ello una tarea seria y no menos comprometida de los clubes y las instituciones federadas.
Esto y más, son prueba fehaciente de que los comunicadores, si lo desean, pueden mirar para el lado, aun de reojo. ¡Si no cuesta tanto abrir las mentes de los que se han quedado pegados en una sola visión por tanto tiempo!
Lo mismo sucede para aquellas autoridades que prometieron “cielo, mar y tierra” para el deporte, para mejorar su infraestructura y que no cumplieron, y dejaron la tarea para sus sucesores. Allí también el periodismo local debe utilizar su poder para apoyarlos y presionar a los que están más arriba. Que no se nos apague esta llama de Asunción 2025 y que crezca en todas sus dimensiones.