Una política de Gobierno que impulsa el desarrollo sostenible desde la región de los Lagos

Por Luis Cárdenas Mayorga, Seremi de Economía, Fomento y Turismo, Región de Los Lagos En un país que ha comenzado a transitar hacia un modelo de desarrollo más justo, descentralizado y sostenible, el Programa de Desarrollo Productivo Sostenible (DPS) representa uno de los pilares significativos de la política económica del Gobierno del presidente Gabriel Boric. Este fondo, creado y financiado con recursos procedentes de los excedentes del litio alojados en el Ministerio de Economía y CORFO buscan impulsar la transformación productiva de Chile con foco en la sustentabilidad, la innovación y la equidad territorial. Los recursos del DPS en el año 2024 alcanzaron más de 200 mil millones de pesos a nivel nacional y más de 4 mil 500 millones de pesos en financiamiento de programas regionales los que están orientados a promover iniciativas que apunten a resolver los principales desafíos en productividad, resiliencia ambiental y cohesión social. Se trata de una política pública que reconoce que el desarrollo económico no puede seguir reproduciendo las brechas del pasado, sino que debe construir futuro desde los territorios. En este marco, la Región de Los Lagos se ha convertido en un ejemplo concreto de cómo materializar alianzas virtuosas entre el Gobierno Central y los Gobiernos Regionales. Gracias al trabajo colaborativo entre el Ministerio de Economía, CORFO y el Gobierno Regional, que han priorizado este instrumento como un elemento de transformación dado la convergencia de los diferentes propósitos regionales, llámese estrategia regional desarrollo, ejes de los comités de desarrollo productivo regional y las mismas demandas de los diferentes sectores productivos que han plasmados sus acuerdos en las diferentes gobernanzas regionales, de esta manera; se está avanzando en materializar  un ambicioso proyecto de creación de un Centro Tecnológico de Economía Circular, con una inversión total estimada en cerca de 10.000 millones de pesos  en financiamiento compartido entre el Ministerio de Economía y el Gobierno Regional de los lagos que está pronto a ser licitado y donde se espera una gran participación de consorcios nacionales y extranjeros.  Esta experiencia demuestra que sí es posible una alianza real y efectiva entre distintos niveles del Estado para impulsar el desarrollo sostenible desde los territorios. El centro tendrá como misión acompañar la transición del aparato productivo regional hacia un modelo circular, con énfasis en la innovación, el ecodiseño, la trazabilidad y la sostenibilidad. En una región altamente dependiente de sectores como la acuicultura, el agroalimento y el turismo, avanzar hacia prácticas más limpias y regenerativas no es solo una necesidad, sino una oportunidad de liderar a nivel nacional. El DPS es mucho más que un fondo. Es una herramienta transformadora que, bien gestionada y coordinada con los gobiernos regionales, puede dejar capacidades instaladas de largo plazo. En Los Lagos ya estamos demostrando que con visión, colaboración y compromiso político es posible construir el desarrollo sostenible desde las regiones hacia el país.

El juego como pilar fundamental para la regulación emocional

Dra. Verónica Ariela Barría Jerez, Técnico Universitario en Educación Parvularia, Universidad de Los Lagos. El juego, especialmente el juego libre y espontáneo, no es simplemente una actividad de ocio para las niñas y niños; es una herramienta esencial para su desarrollo socioemocional y, en particular, para la regulación de sus emociones. Las investigaciones respaldan firmemente esta conexión, revelando cómo el juego ofrece un espacio seguro y natural para que los niños(as) exploren, comprendan y gestionen sus sentimientos. Peter Gray, psicólogo e investigador postula que el “juego libre y no estructurado es esencial para el desarrollo de la autonomía, la creatividad y la resiliencia en las niñas y niños”, indicando que la disminución del juego libre en la sociedad atrae consecuencias negativas. Valeska Grau, investigadora UC, indica en sus investigaciones que “el juego guiado incorpora la autonomía y el control de las acciones desde los niños(as). No obstante, incorpora elementos de estructuración del adulto sobre el ambiente del juego. Así, las y los educadores pueden preparar el ambiente de antemano y decidir qué juegos y materiales estarán a disposición del niño y realizar el andamiaje del juego”. Cada vez hay más evidencia de la importancia del juego para el desarrollo cognitivo y el bienestar emocional, sin embargo, parecen haber menos oportunidades y apoyo para el desarrollo del juego tanto en las instituciones educativas como en el hogar. (Whitebread, Basilio Kuvalja & Verma, 2012). A través del juego, los niños(as) pueden expresar y procesar emociones complejas, incluyendo el miedo, la frustración, la tristeza o la alegría. El juego simbólico o de roles, por ejemplo, les permite representar situaciones de la vida real o imaginarias, dándoles la oportunidad de “ensayar” respuestas emocionales y desarrollar estrategias para manejarlas. Jugar a ser un superhéroe que supera desafíos, un médico que cuida o un personaje que resuelve conflictos, les ayuda a entender y canalizar sus propios sentimientos. El juego es un potente reductor del estrés y de la ansiedad porque al sumergirse en una actividad lúdica, los niños(as) liberan tensiones, lo que contribuye a un mayor bienestar emocional. Al interactuar con otros/as durante el juego, los niños(as) aprenden a compartir, cooperar, negociar y resolver conflictos. El juego en grupo es crucial para el desarrollo de la empatía, ya que les permite ponerse en el lugar de los demás y comprender diferentes perspectivas y sentimientos, desarrollando sus habilidades sociales. El éxito en el juego ya sea al construir algo, ganar un juego o superar un desafío, contribuye significativamente a la autoestima y la confianza en sí mismos de los niños(as) para enfrentar y superar obstáculos en un entorno lúdico porque les enseña a lidiar con la frustración, a perseverar y a desarrollar resiliencia. Habilidades fundamentales para la regulación emocional ante las adversidades. El juego, en particular el juego con reglas, contribuye al desarrollo de funciones ejecutivas como la flexibilidad cognitiva, la memoria de trabajo y el control inhibitorio. Estas funciones son esenciales para la autorregulación y permiten a los niños(as) adaptar su comportamiento y emociones a las normas y expectativas del entorno. El juego es una actividad central en la vida de las niñas y niños y un medio indispensable para el desarrollo integral, especialmente en lo que respecta a la regulación emocional. Promover entornos donde el juego sea libre, creativo y respetuoso es fundamental para que nuestras niñeces adquieran las herramientas necesarias para comprender, expresar y gestionar sus emociones de manera saludable, sentando las bases para su bienestar mental y social a largo plazo.