Fernando Monrás Alvarez
Vicerrector (i) INACAP Sede Puerto Montt

Chile está envejeciendo, y con ello enfrenta uno de los mayores desafíos y oportunidades del siglo XXI: ¿cómo integrar plenamente a las personas mayores en la vida social, cultural y económica del país? Según el Censo 2024, el 14% de la población nacional tiene más de 65 años, y las proyecciones indican que para el año 2050, uno de cada cuatro chilenos será mayor de 60. En este escenario, hablar de educación deja de ser un asunto exclusivo de los jóvenes; se convierte en una herramienta esencial para el bienestar, la inclusión y el desarrollo integral de toda la ciudadanía, sin límite de edad.
En este contexto, INACAP ha dado un paso relevante al anunciar la Beca Plateada y Dorada, una iniciativa que abre las puertas de la educación técnica profesional a personas desde los 50 años, con beneficios que van desde el 50% hasta el 100% de descuento en las mensualidades, según la edad, para estudiar una carrera técnica en cualquiera de las sedes de INACAP a lo largo del país. Más allá del gesto, la propuesta simboliza un cambio cultural: el reconocimiento de que el aprendizaje no tiene fecha de vencimiento.
Aprender no es solo adquirir conocimientos; es mantenerse activo, conectado y con propósito. Es volver a creer en la propia capacidad de crear, de aportar y de transformarse. En un país donde muchos adultos mayores han visto postergados sus sueños de estudio por razones familiares o laborales, esta oportunidad no solo les permite reinsertarse en el mundo académico, sino también fortalecer su autoestima y sentido de pertenencia.
La experiencia y la madurez son capitales que Chile necesita. Hoy, cuando se habla tanto de innovación, productividad y cohesión social, no podemos dejar fuera a quienes poseen décadas de conocimiento práctico y una mirada profunda sobre la vida.
Nunca es tarde para aprender, para reinventarse. En una sociedad que se envejece, el desafío no es solo aumentar la esperanza de vida, es también mejorar su calidad.